Pecunia non felicitatem dat...

Hablamos de corrupción. Hablamos de desfachatez. Hablamos de cobardía e irresponsabilidad. Esta imagen de Géricault muestra la crudeza del canibalismo producido para la subsistencia de uno mismo. Este hecho tuvo lugar cerca de la costa de Senegal, cuyo barco, "la Medusa", naufragó a la deriba durante quince días con ciento cuarenta y nueve personas quedando sólo quince de ellas con vida. El capitán ordenó que las plazas de los botes salvavidas estuviesen cubiertas por las grandes autoridades civiles y la alta alcurnia. Dio mucho que hablar en Francia por aquella época.

Y resulta que toda esta corrupción se produce desde siempre en la sociedad. Nada es equitativo (no como un modelo comunista) o al menos algo más igualitario. Los "amos del mundo" son los que poseen las riquezas, los que traen adquirido los privilegios desde el mismo instante en que nacieron. Este es un motivo de guerras, porque todas se suceden por el dinero. Hitler y su holocausto es igual a: soy el rey del mundo. No hay excusas de "raza aria", sino es un síntoma de poder económico.

?Quién iba a salvarse de la tripulación de "la Medusa"? ¿Los pobrecitos de la tercera clase o los mandamases de la primera?

Todos quieren llegar al poder para enriquecerse, y lo gracioso es que lo hacen delante de nuestras narices y ya es sabido por todos el saqueo urbanístico, por ejemplo, o la lucha de clases que ha producido la mayor guerra social de todos los tiempos por el ansia hacia la adquisición de títulos nobiliarios.

¿Y qué me decís de los matrimonios de conveniencia entre grandes personalidades?

Todo es demasiado patético...