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He parado el mundo al dejar de respirar para sentir frío. He dejado la música de mi ordenador sonando para sentir estabilidad emocional. He dejado las cávilas para otro día, porque hoy tocaba madrugar. He estrujado una pelota "antiestres" hasta que se ha descompuesto por completo. He observado a través la ventana, y ahí estaba el semáforo con su guiño permanente. Y por supuesto, he pensado en mil cosas antes de meterme en la ducha. 999 no tenían nada que ver con algo importante. La otra, ya casi no la recuerdo.