Aut ¿Similis?


¿Qué es la apariencia? ¿La ausencia de verdad o una verdad propia que es la realidad maquillada por nuestros propios ojos?

Parece que en la línea del tiempo la realidad se difumina y da paso a la apariencia, pues es casi imposible que una verdad absoluta sea considerada como tal porque ésta es la continuación de la impresión interior de dos autores diferentes, con realidades diferentes y estilos distintos que conciben distintas realidades, indiscutibles entre sí.

Si el original no existiera (todos sabemos que son "Las Meninas" tuneadas) podríamos decir que Picasso era un chalado por transfigurar la percepción común, o al menos, eso queremos creer, que existe una verdad para todos, cuando hay tantos pareceres como personas constituimos el mundo. Y es que no existe la verdad absoluta, sino pequeñas apariencias objetivas. El ejemplo más claro se refleja en el arte o en la música. En el cine, con la ciencia ficción, que todos sabemos que no pueden ser reales las historietas de los guiones pero nos atraen posicionando a éstas líderes de audiencia.

¿Realidad o apariencia?

Ambas, pero no por igual...

¿Realitas?


El gran círculo mediático de la realidad ha aparecido fuertemente en muchos pensadores filosóficos desde tiempos remotos.

Si nos fijamos en el cuadro, podremos vislumbrar la realidad de Velázquez en su tiempo, junto con ocho acompañantes que adjuntó en la imagen más la presencia de los reyes de España que son reflejados en el espejo de enfrente justo al lado de la puerta. Esta alegoría es la irrupción real en la habitación donde el artista laboraba.

Éste concebió así el formato de la obra. Ésta era su propia realidad, pues sólo él podía plasmar la información que sus ojos mandaban a su mente.

Porque la realidad es objetiva, cada cual posee la suya ya que en ejemplo de Velázquez, ninguna otra persona podía observar lo que estaba él viendo en ese momento. Ortega y Gasset pronunció en su día que había tantas realidades como puntos de vista. Y el punto de vista del artista fue éste. Aunque nadie puede afirmar que esta escena sucediese de verdad, ninguno de nosotros negaría que este hecho no se haya producido en un pasado.

Cada uno tiene la libertad de concebir el sentido del cuadro independientemente de la simbología que el autor da. Por esta razón, jamás comprenderé cómo en los exámenes de literatura se pueda dar por errónea una teoría justificada coherentemente y desligada a la significación del artista.